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En muchos puntos del país ya se están notando las temperaturas gélidas típicas de esta estación. Y al igual que hay alimentos que ayudan a mantener fresco el organismo en verano, los hay que ayudan a calentarnos en invierno. ¿Y quién no tiene en mente el típico caldo que nos hacían nuestras abuelas cuando estábamos resfriados o llegábamos a casa tarde en la noche fría casi con hipotermia?
Deberemos aportar al plato de nuestros animales pues alimentos con naturaleza térmica o Xing caliente, combinándolos con algún alimento de naturaleza térmica o Xing tibia o incluso neutra en función de la temperatura ambiente del lugar donde se resida o la necesidad de cada animal. Por ejemplo, los perros de razas nórdicas toleran y están muy cómodos con temperaturas frías, sin embargo, los hay más frioleros como los lebreles. O un perro con buena condición corporal y activo como un border collie preferirá el frío al calor, sin embargo, un Labrador de 13 años con artrosis buscará siempre tumbarse al sol para recibir más calor (aunque los hay que toleran muy mal el calor, para ello se necesita hacer un buen diagnóstico de cada caso).
Foto de Matthew Henry en Unsplash
Hay que tener cuidado de no ofrecer un plato excesivamente “caliente” (desde el punto de vista energético), ya que podríamos generar mucho calor endógeno en nuestros animales que se puede traducir en alteraciones a nivel de los órganos como ciertas inflamaciones en el tracto digestivo. Razón de más para, como siempre recomiendo, ir poco a poco para descubrir la tolerancia de nuestro animal a cada menú.
Aportar los platos cocinados también aporta un extra de calor para el cuerpo. La manera de cocinar también influye: al vapor o a la plancha sería lo que menos calienta y al horno lo que más.
PRO TIP BARFERO: si tu animal se alimenta con carne cruda, puedes regar su ración con un poco de caldo de huesos calentito, o dárselo a parte. Ideal si se te ha olvidado sacar la ración de la nevera para acelerar el calentamiento, ya que no debemos ofrecérsela fría!
Foto de James Padolsey en Unsplash
Un ejemplo de menú para el invierno sería el siguiente: carcasas de pollo, carne de cordero, vísceras de cordero (hígado y riñón), calabaza y brócoli, una pizca de jengibre en polvo y caldo de huesos caliente.
El invierno, según la MTC, se corresponde con el elemento agua, con los órganos riñón y vejiga urinaria y con la emoción del miedo. Un desequilibrio en este elemento durante esta época dará sintomatología de las vías urinarias y del sistema osteoarticular, ya que los huesos están en relacionados con el elemento agua, por eso el frío y la humedad sientan tan mal en casos de reúma o artrosis.
Así que una buena manera de cuidar la salud de nuestros animales mayores y los más sensibles al frío, es generar calor desde dentro a partir de una alimentación de calidad y personalizada.
Foto de James Padolsey en Unsplash
Al explorar estos métodos, es esencial contar con la asesoría de profesionales capacitados para asegurar un tratamiento seguro y efectivo. Kriss Álvarez, nuestra veterinaria especializada en enfoques integrativos, está aquí para ayudarte. ¡No dudes en contactarla si deseas mejorar la dieta de tu compañero de cuatro patas siguiendo los principios de la MTC!Kriss Alvarez